- Los sabios me dicen que la gente sufre por lo malo que hace o que ha hecho, pero yo me nutro de engaños, y no me creo que un día vaya a pagar por lo malo que siembro.
- Los sabios me dicen que —porque en cualquier momento me puedo morir— no debo desperdiciar ningún momento precioso de mi vida que nunca más regresará a mí, pero yo tomo mi vida como un juego, pierdo mucho tiempo sin sentido, y la vivo como si fuera un inmortal.
- Los sabios me dicen que cada momento me acerca siempre más a la tumba, pero yo –aunque mi pelo se vuelve canoso y mi piel se llena de manchas y arrugas— no me creo que vaya a envejecer y vivo desgastando mi energía vital como un chico de 20 años.
- Los sabios me dicen que debo cuidar mi cuerpo, y que la gente se enferma y muere, pero yo disfruto mucho de comida burda y vicios, y me creo que ninguna enfermedad jamás me afectará.
- Los sabios me dicen que debo encontrar un propósito de vida, un norte donde dirigirme, pero yo me creo que la vida es aburrida, un valle de lágrimas, que ese es mi destino, y que no puedo hacer nada para cambiarla.
- Los sabios me dicen que para ser feliz debo entender lo que es la vida, pero yo creo que se vive una sola vez, y que esta vida es para disfrutar y gozar con vicios y placeres.
- Los sabios me dicen que para recibir más debo dar más, pero yo me creo que –aunque a veces me siento árido como una piedra y felizmente egoísta—debo tener, recibir y acumular lo máximo que pueda.
- Los sabios me dicen que si quiero puedo ser exitoso, pero yo me creo que nací pobre y con mala suerte, y que nunca seré próspero y feliz.
- Los sabios me dicen que puedo tener sueños grandes y hermosos y que si actúo con decisión, inteligencia y perseverancia los podré realizar, pero yo amo mis ‘juguetes inútiles’ (https://www.dadajapamantra.com/cual-es-tu-juguete/) y continuaré llenándome de ellos porque me permiten estar ocupado y continuar llevando la vida miserable que tengo.
- Los sabios me dicen que para ser feliz debo cuidarme, ser fuerte y no dejarme explotar por los demás. Aunque mi pareja y familia son abusivos y me hacen sufrir, yo creo que familia y matrimonio son sagrados, por lo que es parte de mi destino aguantarlos y estar atado a ellos hasta que la muerte nos separe.
Y así, me creo y no me creo muchas cosas, y hago lo opuesto de lo que los sabios me dicen sobre lo que debería hacer o no hacer.
Actúo como si la vida —mi vida— no me interesara, como si perteneciera a alguien más, como si fuera a vivir miles de años, como si fuera a tener infinitas oportunidades, y como si todo lo que me va a dar una vida sana, próspera y feliz no existiera, ni realmente importara.
Y, aunque a veces sospecho que los sabios tienen razón, continuo viviendo esta vida inútil, sin sueños, volviéndome aún más árido, egoísta e… infeliz.
¿Será que estoy ‘dormido(a) y, como un(a) ‘muerto(a) en vida’, no sé entender ni cambiar mi miserable condición?
¿Será que muchos(as) —la mayoría— están ‘dormidos(as)’ como yo, y es por eso que el mundo va hacia el abismo?
¿Será que alguien me vendrá a salvar?
¿Será que si con toda la sinceridad de mi corazón, le pido a mi Padre, Él me manda a alguien que me lleve por el Camino, hacia Su Luz?
Acerca del autor: Dada Japamantra
Motivador, profesor de meditación, líder humanitario, mentor y consejero espiritual. Centro mis actividades y existencia en el lema “Auto-realización y Servicio a la Humanidad.” Como monje y misionero, me dedico solamente a la misión de ayudar a las personas a desarrollar su Infinito potencial interior y a contribuir al bienestar universal.
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